sábado, 21 de julio de 2012

SI UN ÁNGEL QUE YA ESTA GLORIFICADO ME SIRVE CON PRONTITUD VOSOTROS DEBERÍAIS ESFORZAROS EN SER MÁS PERFECTOS

Vidente de Jaén -España
Las miríadas que hay en el Cielo de Ángeles son servidores de Dios y  cumplen 
velozmente las órdenes del Altísimo, sean cuales sean. Yo, Jesús, os hablo.

Pero vosotros, hijos Míos que estáis aun por este paso en la Tierra, no solo no cumplís
 Mi doctrina que es doctrina de salvación, sino que renegáis de ella, que os mofáis y la 
despreciáis porque no os gusta la disciplina que cumplirla os traería. Yo, Jesús, os hablo.

Queréis pasar esta vida holgadamente, a base de diversiones y de comodidades de 
todas clases. Un día excesivo de calor os cansa y os molesta, un día de más trabajo que 
el habitual en vez de santificaros os hace pecar, porque renegáis y consideráis que todo 
es injusto para el bienestar tan grande que deseáis vivir. Si llueve cuando no lo esperáis
 también renegáis, y así en todas la circunstancias, porque cuando se os saca un poco 
de vuestra línea de comodidad, entonces ya os consideráis personas victimas e 
indignas de padecer ninguna contrariedad. Y vosotros hijos, no solo no sois Ángeles y 
no solo no estáis en el Cielo, sino que estáis aun de paso por la Tierra y no sabéis si 
alcanzareis el Cielo. Yo, Jesús, os hablo,

Si un Ángel que ya esta glorificado Me sirve con prontitud e inmenso amor, un Ángel 
que ya ha ganado el Cielo, vosotros deberíais esforzaros en ser más perfectos, en 
ser más consecuentes con la fe que decís que tenéis, y sobre todo, en aceptar en cada 
instante la divina voluntad, porque hijos, no hay nada por insignificante que sea que no lo 
permita el Cielo para vuestro mayormerecimiento y santificación, aunque 
lamentablemente en muchos de vosotros se malogran los planes celestiales y se esfuman 
como el humo. Hijos, abrid los ojos, poneros las gafas del alma, pedidme luz a Mí y 
a Mi  Santa Madre, vais ciegos guiando a otros, y todos caeréis en el mismo abismo, 
porque no queréis esforzaros para nada y de todo os lamentáis, de todo renegáis, no 
se os puede contradecir en nada, solo que vuestra forma de vida no se toque, no se altere 
y viváis cómodamente, sin quebraros la cabeza para nada, comiendo y bebiendo 
como los animales, pero sin dar nada al espíritu porque eso ya supondría un esfuerzo. 
Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

Así pues, en esta época estival en que el calor os cansa, os debilita, ofrecedme esos 
días en que tenéis que luchar contra vuestra flaca naturaleza y decidme que 
emplee vuestros sinsabores en el bien de las almas o en Mis intenciones o las de 
Mi Madre. Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo estos mensajes los pone
 en práctica.

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