Enoc-Colombia
JULIO 19/2012 8:40 A.M.
JULIO 19/2012 8:40 A.M.
HIJITOS DE MI CORAZÓN QUE LA PAZ DEL DIOS ALTÍSIMO ESTÉ CON VOSOTROS Y MI PROTECCIÓN MATERNAL OS ASISTA SIEMPRE
Hijitos, el pueblo de Dios muy pronto caminará por el desierto; las últimas campanadas de misericordia han comenzado a sonar. Apresuraos hijitos rebeldes para que podáis alcanzar misericordia, porque los días de la justicia divina están por comenzar. Pequeñitos no quiero que os perdáis, atended al llamado de esta Madre y acogeos lo más pronto al amor y la misericordia de Dios. El despertar de conciencias de mi Padre es el último llamado del cielo a la conversión. Vamos hijitos, ¿qué esperáis para decirle sí al Dios de la vida?. Mirad pequeñitos que lo que está en juego es vuestra vida; no seáis tan tercos, despertad de una vez y preparaos espiritualmente para este gran acontecimiento que está por suceder. Acordaos que después del aviso y milagro que estarán seguidos el uno del otro, vendrá el tiempo de la justicia divina donde ya no seréis escuchados.
Mi Padre permitirá que mi adversario pruebe la humanidad y no sabéis pequeños a lo que os enfrentaréis. Por eso, os pido que recapacitéis y retoméis cuanto antes el camino de la salvación, porque de seguir como vais vuestra alma se perdería eternamente. Toda la creación será pasada por el horno de la purificación, porque para entrar a los nuevos cielos y a la nueva tierra deberéis brillar como crisoles. La Jerusalén Celestial es el regalo más grande que mi Padre le tiene reservado a su pueblo fiel.
Hijitos rebeldes el cielo os está esperando; apresuraos para que no os coja la noche sin estar preparados. No quiero que os perdáis, os amo aún sabiendo que me despreciáis y que gozáis con mi dolor de Madre. A pesar de eso, yo os seguiré amando con un amor tan grande que ninguna madre terrena os lo puede dar. No me cansaré de interceder por vosotros esperando que cambiéis vuestra actitud pecadora y volváis a los brazos del Padre y de esta Madre que tanto os ama y que no quiere perderos. Adelante mis pequeños os estoy esperando; yo soy vuestro refugio y amparo; venid y tomaos de mi mano y os llevaré seguros a las puertas de la nueva creación. Vuestra Madre María de la consolación, refugio del pueblo de Dios.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.
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